miércoles, agosto 20, 2014

Grandeza

Estira mucho la pata en un intento de parecer más grande, de controlar ese pequeño mundo que observa siempre pegado al acerado, pero el cuerpecito se desequilibra, precipitándose torpemente hacia adelante.
Sigue su camino. Veloz, ágil, contento, porque piensa que sus esfuerzos no caen en saco roto. Se sabe vencedor, sabe que un día, dentro quizás de dos o tres estaciones de pérdida de pelo, el dominio del Universo en el que ahora tan sólo es uno más le pertenecerá.
No le obsesiona el cuándo, cree férreamente en ese destino que los viajes oníricos le han ido revelando.

7 comentarios:

Oulanem dijo...

Y quizá su grandeza está en comprender que no todo resulta mesurable con tres -o cuatro- dimensiones.

Besos

Grandes.

Caronte dijo...

Seguimos en la línea de los episodios anteriormente comentados,no? es muy buen recurso...y esas palabras EXISTEN.

1 beso.

erizo dijo...

¡Ay, la cuarta dimensión...!

Gracias por el asesoramiento lingüístico, Caronte ;) Tendremos que volver a que nos inviten a café y, con un poco de suerte, encontraremos tarta de chocolate y a un germano (el mío) que nos acompañe :)

Van besos también en vuestras direcciones y sentidos.

PD: "¿Querrán las glándulas lascivas declararme culpable?"

Traven dijo...

Los sueños dentro de la realidad y la realidad confundiéndose con el sueño. Inquietante. Me encantó.

Un beso.

Mario Parra Cachada dijo...

Pues sí, bonito, ciertamente. En su imitación, estiré mucho la pata en un intento de parecer más seguro, de controlar ese pequeño mundo que observaba pegado al escalón; yo no me precipité, no caí y seguí intentándolo, ágil y contento, porque esperaba que mis esfuerzos no cayeran en saco roto; confiaba en vencer, después de dos o tres estaciones de pérdida de dedos, y alcanzar el dominio del Universo que quedaba al otro lado. Pero ya empezó a obsesionarme el cuándo, empecé a dudar del férreo instrumento que tenía entre las manos, y, rompiendo mi sueño, se me reveló el tozudo destino: ni la de la azotea, Merche, ni siquiera la de la azotea...

Un besillo.

erizo dijo...

Jajaja, a saber qué puertas abren esas llaves... Ya te daré otras, a ver si hay más suerte.

Gracias, Traven; gracias, artista anteriormente conocido como perro de agua.

Cuídense. Besos a ambos.

Mario Parra Cachada dijo...

Esto es grande. He buscado la letra de una canción de Triana en Google, y la segunda entrada era de tu blog.