Estoy hastiada de los nudos. De la gente que mira. De los que desean algo que no les quieren dar. Harta de los bocados al pasado. Desquiciada. Cansada de gritarme de una ventana a otra. De sueños a deshora. De buscarme.
Callada, boca abajo y a oscuras. Aburrida.
Harta de averiguarme. De que se digan cosas que me han dicho o he dicho. De las fotografías. De gente guapa. De halagos. De miradas. De propuestas. De versos de otro tiempo. De que todos seamos como el resto. De ser los restos. De los fantasmas. De los vivos. De la ropa sobre la mesa. Del desorden. De las mismas calles, los mismos bares, las mismas drogas. De no saber dónde estarán las llaves.
De no madrugar nunca. Del desayuno maragato. De las galletas de chocolate mal diseñadas. Del teléfono fijo. De la compañía. De la soledad. Del butano, la silicona, el baile. La implosión. La explosión. De amaneceres al revés.
Harta de las obras en domingo. De ver copias en mí que no he copiado. De los picores. De las piscifactorías. De cerraduras que no cierran. De puertas dilatadas. De disgustos y enfados. De los segundos platos. De las ideas felices. Harta de sentirme lápiz, alfombrilla, desagüe o bolso. De la curiosidad.
De los pegotones de pintura y los botines nuevos con la suela rajada. De no ser suficiente. De las imágenes dañinas. De la leche caliente en pleno agosto. De la jodida luz azul. De llegar siempre tarde. De las prisas.
14/08/07 // 28/02/18
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7 comentarios:
Pues si es verdad, es un buen inicio, pienso yo.
Que bonito sería carecer de hartazgos, que todo nos gustara. Sería bonito, pero encarecidamente aburrido. Prefiero odiar, detestar, estar harto de muchas cosas para valorar más aquellas que quiero. Sin dolor no hay placer, sin tempestad no hay calma, sin odio no hay amor.
Unas letras desgarradoras.
Saludos
De los niños que corretean en los bares. De sus padres. Del calor y del frío. De las vacaciones en la ciudad.
;)
Harta de hoy y de mañana y ya supones que de pasado mañana, de mirar y de que te miren y, seguro, de comentarios como este.
Estás viva, demasiado.
Te equivocas. Estar vivo no siempre es suficiente.
De todas formas, no era ese sentimiento, sino tan sólo eso, un desahogo. Y nada de hastíos en futuro, que ya tenemos bastante con los pasados y los presentes.
Eso sí, de extrapolaciones absurdas sí que estoy harta, y de desconfianzas, malos augurios, desasosiegos... De los niños que corren por los bares estoy hartísima, de la mala educación de los padres de los niños maleducados, de los atracadores, de las palomas...
Nada de esto significa que quiera el fin del mundo, que conste (o no como único motivo ;P).
Saludos.
No me refería a que estar viva sea demasiado ni suficiente, que nunca lo es, me refería a ti, a que estás más que viva, hasta demasiado viva y eso, sí, es suficiente..., estás viva por lo que cuentas y por la actitud que muestras ante la vida (al menos por lo que se refleja aquí, que yo, evidentemente, no sé de ti más que eso, igual que tú de mí no sabes más que estos comentarios), por la rebeldía o al menos el inconformismo que muestra tu hartazgo.
Me alegra eso que dices.
Tengo ilusión y esperanza en muchas cosas (aunque de vez en cuando se me olvide un poquito) y me gusta que se note.
Saludos y gracias.
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