jueves, agosto 29, 2013

739

I many times thought Peace had come
When Peace was far away —
As Wrecked men —deem they sight the Land—
At Centre of the Sea—

And struggle slacker —but to prove
As hopeslessy as I—
How many the fictitious Shores—
Before the Harbor be—


Emily Dickinson

miércoles, agosto 14, 2013

De haberlo sabido...


 y ahora las calles están llenas de bandidos, cuando necesito de tu madrugada
El verso y el título están sacados de una canción de Quique González.

jueves, marzo 21, 2013

Mi Perséfone (II)



Me acerco a ti. No es éste el modo en que lo había planeado.

Había pensado en las flores, en las bicicletas, en las tardes frescas de verano, en los atardeceres; pero me acerco a ti en la primavera temprana disfrazada de crudo invierno, en la soledad de la madrugada, en lágrimas sin paz.


No quiero verte así, quisiera tu mirada cristalina, tu vida, tu calor. No quiero tu último suspiro. No me malinterpretes, lo quiero todo de ti, pero deseo tu calor más que ninguna cosa, y a veces es eso lo que me hiere tanto, imaginar que camino sobre algunas de tus pisadas. Y duele, no porque sean las mías, sino porque una vez fueron las tuyas y yo no estuve allí -nadie lo estuvo- para cogerte de la mano y llevarte hacia un lugar distinto.


Tal vez todo se resuma en una sola cosa: sentir que estás viviendo una vida que en realidad no es tuya, saberte en territorio de otros, o de nadie.

Pero no quiero verte ahí, quiero tus manos tibias y tu valentía. Tu frente pálida y tu olor, que siempre trato de llevar conmigo.


Quisiera regalarte una niñez y contener el mundo en una risa tuya. No queda nada más detrás de eso; ahí están los pájaros y los tritones, y el trigo seco que te pica en las piernas. Ahí estás tú, eso es todo.

El infinito, el sol, tus ojos navegables. 
Tu dulzura.




viernes, noviembre 30, 2012



El hielo cubre todo lentamente, lo cubre todo con su manto sutil y delicado. Es casi imperceptible.
Al mirar desde la ventana empañada, desde el calor buscado (el abrigo seguro, la promesa de un sueño recuperador que cura cualquier daño…) añoro cuando roza la punta de sus dedos en la noche más nítida, en la más luminosa oscuridad.

Escarcha, perfecto velo blanco que envuelve todo, que marea de belleza, que hipnotiza.
Quiero tocarte, quiero dejarme hacer en todos mis sentidos, quiero envolverme en tu cristal letal, abandonarme a tu delirio, salir, darte la vida, sentir que me apuñalas poco a poco con esa quietud tuya, que es mi aliento.

martes, mayo 29, 2012


Esos pequeños habitantes han vuelto a aparecer.
Se deslizan por la ventana como si de menudos mamíferos o gigantes insectos se tratara. Son veloces y tímidos, y recorren distancias insalvables con una destreza de la que tan sólo ellos son capaces. Los observo desde la distancia, no me ven. Ahora soy una extraña para ellos y podrían asustarse al notar mi presencia.
El recorrido luz-oscuridad, realidad-sueño que cubren cada día está marcado con sus huellas fugaces.

Hace años los tenía como amigos. Me visitaban en las largas noches de primavera insomne y en las tardes de hastío de las épocas de exámenes. Los había dado por perdidos, olvidados en el fondo de algún cajón ingobernable, y cuál es mi sorpresa al descubrir que aún corretean por mi ventana, mi dulce ventana de niñez y juventud, desvencijada y sola; que persisten, pese a que el recorrido luz-oscuridad, realidad-sueño ha quedado maltrecho por los años. En sombras, malherido, abandonado.

jueves, abril 12, 2012

Tú habitabas entonces una esquina del mundo que yo desconocía. Una dimensión nueva cubierta de realidades externas y multidisciplinares con cierto regusto a ciencia ficción. Una suerte de parajes inconcebibles donde no había lugar para casi nada más que la prisa y el dolor soterrado bajo letras enfáticas y pantallas de innumerables tamaños encendidas día y noche.
Yo, mientras tanto, investigaba los sueños, buscando brechas que condujeran a tu mundo, imaginando lugares comunes que partieran en dos el laberinto absurdo de la ciudad mojada, pero las pesadillas manipulaban mi descanso en razón directa a la lejanía de tus manos.

La noche se convirtió en mi enemiga, luchaba contra ella como lucha la tierra contra el hambre voraz de un torrente de agua, y sucumbía: cada noche vencía a mi voluntad quebrada por el miedo brutal de la soledad que acecha en las sábanas desplegadas sin más, entumecidas. El amanecer me arrastraba más allá de mí misma y golpeaba mi orden y mi capacidad de discernir, de decidir. Mis ganas de correr a cualquier sitio en busca de tu olor.

Ese entonces es ahora para mí y lo fue para usted en algún tiempo, pero no hoy, por nunca más.

Yo tergiverso flancos de palabras procurando que no me alcance el riesgo de perderme en mi cordura. Tratando de juntar altura y río, dibujando miradas en las vallas, imaginando siempre

un mientras tanto…

que me devuelva el tiempo,

el horizonte,

el verde.

lunes, marzo 28, 2011

El tiempo

Hoy hace sol en Rey Bouba, y la noche será despejada y calurosa. No correrá mucho viento y, al sol, se tostarán la piel y los granos de arena.

Hoy hace sol de Rey Bouba y, A La Otra Orilla, unos se ponen pañuelos en el cuello y van apresurados a sus casas. Bicicleta en la puerta, comida preparada.

Puede que en Rey Bouba la calma reine bajo la sombra de un baobab, mientras que Al Otro Lado fluye la vida igual que una catarata pasa a través del ojo de una aguja.

miércoles, mayo 26, 2010

Eran las ocho menos veinte, no había mucho tiempo. Un hombre en dirección inversa gritó guapa al cruzarse con ella. Olía a mañana de verano, era casi verano, y se le erizó el cuello de pensarlo.

Tenía los ojos rasos cuando dejó la bici, y una emoción ambigua que le colmaba el pecho y el paladar de agua. Era su último día, y no tenía bolsillos suficientes para guardar en ellos los momentos precisos y el sabor de la despedida.

jueves, abril 29, 2010

DESPIERTA

Me había olvidado de él, como de tantos otros. No necesito recordarlo todo, no necesito recordar casi nada, porque no hay muchas cosas que merezcan la pena;… te decía que sintieras, que me sintieras apoyando mi mejilla en tu mejilla y volviendo la cara a la suerte y a la desidia de los días de septiembre.
Pero eso ya no importa porque tampoco me acuerdo de ti, tú me borraste de tu frente de paja, de tu alma de vilano. Me costó muy poco desprenderme del sueño, y no fue porque no fuera cierto. La vida me ha mostrado el haz y el envés de las circunstancias y del tiempo.

Hace mucho que no huele a laurel, pero yo respiro con más facilidad desde que vuelvo a sentir como sentía cuando le conocí.
Han vuelto los paisajes y los señuelos de la química sobre mi piel de arenas movedizas, y sería inútil pensar que sigo siendo la misma de antes, porque ahora me río menos y sé más que por aquel entonces. Sé, por ejemplo, que las cosas que aprendo en el presente sólo son útiles para el pasado y que para saber lo que me serviría ahora tendré que esperar a que sea luego.

No hablo de una sola persona, ni de un solo pasado o un único futuro: la claridad de un témpano de hielo; nuevas sonrisas cercanas al amanecer; una pierna que te envuelve en la noche; una voz que se cuela en el salón sin que nadie la espere, y te despierta del largo letargo de la vida-inercia; la ilusión de una habitación con vistas; tus manos en mi nuca; una canción. No digo que no sepas de qué hablo, sólo que realmente eso tampoco importa.


DESPIERTA.

martes, diciembre 22, 2009

Así continuaba andando como siempre, pensando en por qué una situación tan cruel se llamaba igual que un signo de puntuación, pensando en lo absurdas que parecen a veces las cosas cuando te paras a pensarlas más de medio segundo, igual que cuando repites mil veces seguidas un nombre (tayudcalatayucalatayudcalatayudcala), o te tiras en un banco a mirar los edificios y los árboles con la cabeza del revés.

Estas cosas no sólo se le venían a la mente porque el día estuviese gris y se sintiese sola como casi todas las tardes volviendo a casa. En otras ocasiones se le ocurrían ideas para montar un hotel, o se imaginaba a sí misma trabajando en otra ciudad o paseando en una calle desconocida; las acciones pasadas de otros; conversaciones que no fueran suyas o canciones insólitas sobre el devenir de la vida, y ahí lo hilaba con otro pensamiento sobre el origen de la palabra devenir y los jodidos franceses.

Al final, todo rodeaba su cabeza y por un segundo prestaba atención a algo de lo que había por la calle, un perro probablemente.

Y en esa espiral de liberación lingüística y cinematográfica redundaba un momento en que hacía frío o se le había olvidado sacar la ropa de la lavadora, y volvía sobre el uso del punto y coma o cuál era en realidad la mejor decisión: ¿volverse sola en aquel autobús o sentirse sola aunque volviera acompañada?

miércoles, diciembre 02, 2009

Mrs. P



Piénselo bien, algunas cosas se pararon porque usted igual me dio motivos para no volver jamás.

martes, octubre 06, 2009

Ha llovido un poco. Esta mañana, al bajar las escaleras del hotel, he sufrido una torcedura en el pie y he dado de bruces contra el suelo. Ahora, inmovilizado, desde la ventana contemplo el lago y el cielo gris, encapotado. Anita Febrer murió el mismo año que Juan Maragall; tendría ahora sesenta y ocho años. Murió en Almería. No queda apenas nada de su tiempo, y el balneario está hecho una ruina. No existe nada. Ha desaparecido también aquella brillante sociedad que amaba a los poetas del país y a la que los poetas del país daban algo que se recibía con agradecimiento. Cada vez existen menos cosas y caminamos con tesón hacia la nada. Es triste.

Como pueda, trabajosamente de seguro, voy a bajar al hall a recoger los periódicos y a fumarme un cigarrillo. Sigue, desde luego, lloviendo.

Juan Perucho
Fragmento de Anita Febrer, o un vago murmullo sobre el agua, allá donde empieza o acaba la poesía.

miércoles, agosto 05, 2009

lunes, julio 20, 2009

En aquellos días, la camarera se dedicaba a hablar de lo mucho que le gustaba una tormenta de verano mientras barría apresuradamente el salón.
Una mujer tomaba su refresco apoyada en la barra. Apenas tres clientes en la cafetería y la idea de un suceso espacio-temporal rondando la cabeza de la camarera y su encargado, que observaba desde detrás del grifo de cerveza. Es el nublado, se dijeron, y la señora de la barra les miró, reprochando, tal vez, que mantuvieran conversaciones de aquel calibre ignorando de algún modo su presencia.
La cosa no acabó ahí, siguió por derroteros que apuntaban la posibilidad de que ambos (camarera y encargado) se hubieran levantado de madrugada, abriendo la cafetería a una hora absurda y sirviendo desayunos a horas intempestivas.
Aquello hubiera sido algo amoral, una ordinariez cósmica que jamás podría haber sido bien vista en ese barrio. Por eso desecharon la idea, ya que, de haberse comportado de aquel modo, probablemente no hubiesen servido ni la mitad de los desayunos.

Ella siguió barriendo y recogiendo la basura. Él se teletransportó al ballet del martes por la noche, rodeado de gente importante que sabe cómo vestir y vestirse. Y a su cena de enamorados de verdad, de esos que se rozan las manos y están deseando volver a casa y mantener una conversación dificultosa mientras se lavan los dientes antes de ir a dormir.

No llovió por la mañana que podría haber sido madrugada. Tampoco lo hizo por la tarde, y la camarera continuó añorando esas tormentas de verano que le hacían sentir un poco más viva, y recordando los viejos tiempos en los que realmente sentía que podía recorrer cualquier país y darle un nombre nuevo, agarrada, quizá, de la mano de alguien que de verdad quisiera quererla a su manera y estrechar su cintura en las noches vacías, en los silencios, mientras imaginaban un futuro posible, aunque improbable, desbaratando el hilo de la noche y el sueño para alcanzar el día repletos de cansancio e ilusiones.

jueves, junio 25, 2009

Siento que te extraño



A los 15 supe toda la verdad: que yo nací para volar.
A los 18 éramos extraños, dos pibes locos de par en par.
Luego fue la fiebre de los 20 años: romper con todo. Me balanceaba sobre los tejados.

Nunca fui la dulce niña de tus ojos, ni la mejor barca del mar. Nunca de nadie, dueña de todo, de lo imposible, de lo irreal.

La melancolía es un licor bien caro, no te has dado cuenta,
ya te ha emborrachado.

lunes, junio 22, 2009

Si el veneno aquí soy yo
haré lo que es mejor,
me iré sin avisar.

lunes, junio 01, 2009

Metáforas futbolísticas (segunda parte)

Ayer. Tu risa al yo decirte que la liga es un álter ego de mi vida y, por lo tanto, debe de andar cercano mi descenso a segunda.

Tristeza, y alegría de pensar que en el espejo pudieran proyectarse seguidores tan fieles como en ese otro mundo paralelo.

Ya se verá...
Al final todos los caminos son andados u olvidados.

jueves, mayo 21, 2009

LUTO

murió el poeta
llevándose
un trozo de mi vida
entre sus manos

lunes, abril 27, 2009

Feliz cumpleaños

Como no me puedo plantar allí a cenar contigo, ni te he podido mandar un regalo, al menos quiero que compartamos esta canción.
Que no hay distancia tan grande como para separarnos.
¡Muack!


jueves, abril 02, 2009

viernes, marzo 27, 2009


Todos, o casi todos, acercábanse a curiosear tras la enorme cortina roja; pero, ¿qué había allí exactamente?, ¿qué movía a los esperanzados a encaminarse a aquel rincón oscuro en lugar de centrarse en el amplio y luminoso espacio que quedaba a sus espaldas?.

La respuesta no la supe jamás, aunque intuyo que lo que hubiere no podíase catalogar como de este mundo, pues volvíanse los curiosos de un color cetrino y un caminar errático que acompañábales el resto de sus días.

viernes, marzo 13, 2009

La frase

El agua es una extravagancia química

sábado, febrero 28, 2009

Canto a Andalucía


Cádiz, salada claridad. Granada,

agua oculta que llora.
Romana y mora, Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería, dorada.
Plateado, Jaén. Huelva, la orilla
de las tres carabelas.
.....................................Y Sevilla.


Manuel Machado


Felicidades,
andaluces.

El peso de Andalucía en la historia de la literatura en castellano es muy grande. En 1492 Antonio de Nebrija publicó su célebre Gramática castellana, la primera de una lengua vulgar que se escribió en Europa. En 1528 Francisco Delicado escribió la Lozana andaluza, novela en la órbita de La Celestina, mientras que el sevillano Mateo Alemán escribió Guzmán de Alfarache, la primera novela picaresca de autor conocido.

Asimismo tuvo especial importancia la escuela literaria humanista sevillana con autores como Juan de Mal Lara, Fernando de Herrera, Gutierre de Cetina, Luis Barahona de Soto, Juan de la Cueva, Gonzalo Argote de Molina y Rodrigo Caro, entre otros. Dentro del culteranismo de la poesía barroca del Siglo de Oro el cordobés Luis de Góngora fue el máximo exponente.

El Romanticismo literario en España tuvo uno de sus polos fundamentales en Andalucía, con autores como el Duque de Rivas, José Cadalso y Bécquer. El costumbrismo andaluz tiene una de sus máximas expresiones en las Escenas andaluzas de Serafín Estébanez Calderón y en las obras de Pedro Antonio de Alarcón.

A caballo entre el siglo XIX y el XX destacan los escritores andaluces Ángel Ganivet, Manuel Gómez Moreno, Manuel y Antonio Machado y Francisco Villaespesa, tradicionalmente encuadrados en la llamada Generación del 98. Dentro de ella, los Hermanos Álvarez Quintero como fieles retratistas de la idiosincrasia andaluza en sus entremeses, en que sus personajes usan frecuentemente el dialecto andaluz. Especialmente relevante fue el moguerreño Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura, personalidad singular y trascendental dentro de la poesía española de todos los tiempos.

Gran parte de los miembros de la Generación del 27, verdadera Edad de Plata de la cultura española, reunida en torno al homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla, fueron andaluces, como Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y Vicente Aleixandre, quien recibiera el Premio Nobel en 1977.

www.wikipedia.org


jueves, febrero 26, 2009


En muchas ocasiones no tengo muy claro qué soy, pero sí suelo saber lo que no soy.
Hoy, por ejemplo, estoy plenamente convencida de que
NO SOY UN PEZ.

miércoles, febrero 25, 2009

Rutina

Qué gran satisfacción llegar al telefonillo, marcar 421 y que una voz responda: -¿quién es?, y contestar con una voz muy suave, casi susurrante: -Merche, y que la voz repita ante en murmullo: -¿quién? Y, entonces, acercar la boca al micrófono y alegremente no llegar a gritar pero sí, con un tono más o menos cargado de locura, responder con vehemencia: -¡TU HIJA! y que te digan: -¡valeeeee! y luego abran.

viernes, enero 23, 2009

Burras contra lobos

En los últimos cinco meses, y por primera vez en 40 años, la apacible vida de las 400 vacas de la cabaña de Casa Grande de Xanceda, una finca de 170 hectáreas situada en la zona más montañosa de La Coruña, se ha visto alterada por ataques de lobos.

La pequeña empresa, uno de los mayores fabricantes de lácteos ecológicos de España ha utilizado métodos alternativos para frenar a las manadas de lobos: integrar a burras jóvenes con las vacas.

Según explican en la empresa, una vez que se acostumbran a estar con el ganado, las burras protegen a las vacas como si se tratase de su propia familia. Al contrario de lo que hacen las vacas, las burras se enfrentan a los lobos, por lo que éstos prefieren buscar su presa en cualquier otro lugar para evitar riesgos. Además, recuerdan, las borricas 'rebuznan alertando así de la presencia del lobo'. Es un método alternativo que también vienen utilizando los ganaderos de los Alpes suizos.

Estas medidas, a las que se han añadido unos cencerros, han permitido reducir drásticamente los ataques de lobos: uno solo y sin consecuencias graves en tres meses. No obstante, el equipo de Casa Grande de Xanceda se mantiene en guardia.

CincoDías.com

viernes, noviembre 28, 2008

Sólo porque las calles que pisamos son distintas, aunque vuelvan a ser también siempre las mismas, y nos creamos que el tiempo juega de alguna forma a nuestro favor porque el cielo es tan precioso en las tardes de los últimos días del otoño…

Corre por algún sitio un río grisáceo al que nos prometimos y nos prometió tanto… Tanto como silencio en los momentos justos, o un brazo, o una mano. Pero la realidad está debajo de lugares que desconocemos, porque allí la escondimos en un ataque de cordura histérica. Nos ampara, aunque temamos lo peor de ella. Es, en realidad, la madre de nuestras esperanzas, aunque jamás se entrometa en nuestras ambiciones.

¿A quién se le puede pedir esa justicia que sólo ella nos brinda? Ya os lo he dicho: nos ama como a un hijo, nos esconde de ella para beneficiarnos con la ignorancia: al fin y al cabo, ¿qué importa todo aquello que queda lejos del alcance de nuestros sentidos?

Ah, pero no sabe, no sospecha, al igual que las madres a veces ignoran el paradero y los verdaderos actos que cometen sus hijos, que los sentidos llegan más allá de la vista o el olfato y, a veces, la verdad se cuela por las rendijas de los sueños o en forma de pellizco en la barriga. Entonces a ella no le quedará más remedio que levantar su manto y dejarnos marchar definitivamente, no sin antes pedirnos que nos cuidemos bien del frío y el resto de los males que el ancho mundo arroja.


Foto de: www.fotomadrid.com

martes, noviembre 18, 2008

Metáforas futbolísticas


Quiero pensar que significa algo, pero, para qué engañarnos, es otra de mis pamplinas.

Ambos equipos me caían bien. Santander es una de las ciudades que más me ha encantado y por eso me gusta que gane el Racing, pero creo que el Betis siempre debe ganarles, juegue en casa o fuera. La otra ciudad no la conozco, ni ganas ya, pero por aquella vez de la copa del Rey tenía simpatía por su equipo, ahora tampoco, por mi manía de relacionar cosas...

Suerte, lo mereces.

jueves, noviembre 13, 2008

jueves, octubre 30, 2008

Otras veces me sorprendo a mí misma imaginando largos paseos por Madrid, con las manos heladas y la luz blanca sobre las largas avenidas.
Me sorprende también que se me pasen por alto detalles como que una de las cosas que más me gustan son los perros, que pueden arrancarme una sonrisa incluso cuando estoy llorando a lágrima viva. Me sorprende la extraña energía circulante que manda mensajes subliminales más allá de las fronteras de los cuerpos, a distancias desorbitadas. Mensajes como que hoy, como ayer y el otro, me siento triste. Y, de repente, suena un timbre, y luego otro, sin que nada haya señalado con su punta mi ruta.
Y me pregunto si en alguna de esas largas avenidas de Madrid hay algún precioso perro esperando a que pase para dejarme tocarlo un rato y arrancarme de nuevo esa sonrisa por debajo del manto de lágrimas-escarcha, sobre la música que nadie oye.